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Un estudio del Libro de Jueces

Capitulo 7 Una historia de fe en acción

Jueces 7:1-8. Preparación para la batalla.

 El nuevo nombre está listo para la batalla. Jerobaal (Gedeón) había recibido tres señales de Dios para confirmar el llamado de Dios. El ejército madianita fue unido por los amalecitas y otros aliados del éste. La ubicación de los dos ejércitos está:

  • Israel – “junto a la fuente de Harod” (“la fuente del temblor”), – Históricamente este lugar se encuentra al pie del monte Gilboa en el lado sur del valle de Jezreel.
  • Madián – “más allá del collado de More, en el valle” (“colina del maestro”)  – Esto es en el valle de Jezreel (Jueces 6:33), a unos 8 km. del campamento de Gedeón, directamente al lado opuesto, en un punto donde el valle se angosta.

¿Es el Monte Galaad o el Monte Gilboa?

La Biblia, versión R-V dice, Monte Galaad en Jueces 7:3. Sin embargo, esto presenta algunos problemas geográficos. Es más probable que sea la localización del Monte Gilboa, pues allí se encuentra la Fuente de Harod. Galaad es un término usado sueltamente en la Biblia y puede significar una región dura, rocallosa.

No hay realmente una montaña en Palestina llamada Monte Galaad. La región llamada Galaad está al este del Río Jordán. Sube del Valle del Jordán a 700 pies bajo el nivel del mar a montañas más de 3,300 pies de altura. El Río de Jaboc fluye a través de ésta completa área del este al oeste.

El área de Galaad no se halla cerca del collado de More (Jueces 7:1), donde los madianitas estaban acampados. Por otro lado, el Monte Gilboa tiene tanto la fuente de Harod y proximidad al campamento madianita. Consecuentemente, concluyo que la palabra Galaad en 7:3 es una referencia a la región dura, rocallosa del área. Las palabras Galaad y Gilboa son similares en hebreo.

Dada la historia de Israel durante éste periodo de olvidarse de Dios, no es una maravilla que Dios vio el problema potencial de orgullo en Israel: “pues Israel puede jactarse contra mí diciendo: Mi mano me ha salvado.” (v. 2).

Dios les ha advertido en varias oportunidades del peligro de vanagloriarse por los éxitos, reclamando que estos son a raíz de los esfuerzos de uno, olvidando que de Dios provienen todas las cosas buenas (Deuteronomio 8:11-17; Santiago 1:17). Los números, o fuerza física no son de importancia cuando uno tiene al Creador a su lado.

De Aser, Zabulón, Neftalí y Manasés, los que tienen temor, deben volver a sus casas (Deuteronomio 20:8). “Regresaron de los del pueblo 22.000, y quedaron 10.000.” (v. 3). El temor es contagioso, y presenta un gran peligro para un ejército. Dios le dijo a Gedeón que el ejército aún era muy numeroso. Otro corte de tropas debería suceder (v. 4).

 

Ahora hacemos un poco de matemática:

135.000 madianitas contra 32.000 israelitas resulta en una proporción 

alrededor de 4 a 1

De los 32.000, 22.000 abandonaron para volverse a sus casas = Se quedó solamente con10.000

135.000 madianitas contra 10.000 israelitas resulta una proporción 

alrededor de 13 a 1

10.000 israelitas – 300 = 9.700 regresaron a sus tiendas. 

Por eso, 300 estaban listos para la batalla.

Había 135.000 madianitas (Jueces 8:10) contra 300 israelitas.

Nos deja expresado como una proporción:

135.000 a 300 

resulta en una proporción de 

450 a 1

(¡Un hombre contra 450!)

¿Dónde en la Biblia hemos leído de esta misma proporción? 

Lea 1 Reyes 18.

Los hombres que quedaron estaban en lo alto de la colina de More justo enfrente del monte Gilboa. En el valle de Jezreel hacia el norte estaban los ejércitos de los madianitas

 

“Sus camellos eran innumerables como la arena que está a la ribera del mar en multitud” (Jueces 7:12). El orgullo es un pecado sutil. La Biblia dice, “Antes del quebrantamiento es la soberbia, Y antes de la caída la altivez de espíritu” (Proverbios 16:18). Dios quería remover cualquier tentación que el ejército de Gedeón pudiera tener cuando la batalla fuera ganada. Dios quería que Israel supiera que Dios había ganado la victoria por Israel, en lugar de la victoria viniendo por el poder de las tropas israelitas. 

“Un hombre contaba un sueño a su compañero: Veía un pan de cebada…” La cebada era la cosecha de cereal más común en Canaán y el alimento de consumo general de la gente más pobre. El sueño confirmaba que el Señor lograría una gran victoria con el material débil menos prometedor.

Jueces 7:15. “Levantaos, porque Jehová ha entregado el campamento de Madián en vuestras manos.”

Lo que en realidad tenemos aquí es una visión de la “Gloria del Señor”. La fe ve lo invisible (victoria en la batalla aun no librada) y hace lo imposible (batalla ganada con pocos hombres y con armas no convencionales).

En Ezequiel capítulo 1, tenemos una visión del “carro de Dios” que avanza triunfante e irresistiblemente a través del tiempo. Allí tenemos los cuatro seres vivientes, los querubines, que están conectados con el carro, pero sin embargo, son distintos a él. Y sobre todo este conjunto se encuentra un trono, y sobre ese trono hay un hombre. Y esta es la visión más elevada de Dios que nos fue dada, y es muy difícil de comprender.

El viento huracanado que venía del norte indica, entonces, un tremendo movimiento que procede del trono de Dios. Es un juicio de Dios. Después en el versículo 4 se habla de un fuego envolvente, y alrededor de él un resplandor. En medio del fuego algo semejante al bronce refulgente. Esto es lo primero que nos llama la atención. Una luz, un resplandor, revelando, pero también ocultando. 

La Palabra de Dios dice en Hebreos 12:29, que nuestro Dios es fuego consumidor, y en 1 Juan 1:5 que Dios es luz. El apóstol Pablo dijo, en Los Hechos 26:13, que en el momento de su conversión él vio una luz del cielo que sobrepasaba el resplandor del sol. Todo esto nos habla de la inaccesible presencia de Dios.

Las cuatro criaturas vivientes se parecen a la descripción que tenemos de los querubines que estaban en el jardín del Edén para guardar el camino al árbol de la vida. Ellos no excluían al hombre de la presencia de Dios; mantenían el camino abierto. 

¿Qué vieron Adán y Eva cuando miraron hacia atrás, a medida que salían del jardín? – “Una espada encendida que se revolvía por todos lados para guardar el camino.” (Génesis 3:24).

Y más tarde, la experiencia de Balaam: Números  22:31. “Vio al ángel de Jehová en medio del camino. Con la espada desnuda en la mano…”

Y el cántico de Moisés: Deuteronomio 32:41. “Cuando afile mi reluciente espada y mi mano empuñe el juicio, tomaré venganza de mis enemigos…”

Y la visión de Josué como una respuesta alentadora: Josué 5:13. “Aconteció que estando Josué cerca de Jericó, alzo los ojos y vio un hombre que estaba delante de él, con una espada desenvainada en su mano…”

¿Ahora entendemos mejor el significado de “la espada de Gedeón”? La palabra “espada” en hebreo es: “chereb” algo similar a la palabra “querubín” es “kerub”.

Jueces 7:16-22. La derrota de los madianitas 

Gedeón prepara a los 300 soldados. Dividió el ejército en 3 compañías. Les dio trompetas y cántaros vacíos con teas ardiendo.

“Haréis como yo hago.” Todo buen líder debe ser capaz de decir estas palabras (I Corintios 4:16; 11:1; I Timoteo 4:12).

  • Yo tocaré la trompeta.
  • Todos gritarán “¡Por Jehová y por Gedeón!” (vs. 16-18).

La “invasión” (vs. 19-22). “Cornetas, cántaros y antorches” eran ciertamente armas extrañas, ¡pero efectivas! Es posible que los 300 no hayan tenido del todo armas de verdad y no parece que hayan tenido que pelear (v. 21).

La espada por Jehová” amenazaba muerte por la espada, pero irónicamente fueron las espadas de los madianitas las que resultaron ser “por Jehová” (v. 22).  Todos los lugares que se mencionan en v. 22 y en el v. 24 estaban en o cerca del valle del Jordán.

  • Llegaron al extremo del campamento de Madián a la medianoche.
  • Los tres escuadrones tocaron sus trompetas, quebraron sus cántaros, e iluminaban su camino con las antorchas.
  • Gritaron “¡Por la espada de Jehová y de Gedeón!”
  • El ejército de Madián “echó a correr dando gritos y huyendo.”
  • Esto causó tanta confusión dentro del ejército de Madián que comenzaron a herirse entre ellos, “Jehová puso la espada de cada uno contra su compañero en todo el campamento

Aunque la victoria fue concedida por Dios, las tácticas sagaces desempeñaron también una parte importante. Gedeón mostró gran habilidad en el despliegue de su pequeña cuadrilla, en tal forma que creó la impresión de una enorme fuerza rodeando el campamento enemigo. Y el grito de los hombres de Gedeón: ¡La espada por Jehová y por Gedeón! (v. 20) usó los temores que ya se habían infiltrado en los madianitas por el sueño de los vs. 13y14. Fue demasiado para ellos. En pánico y confusión, primero volvieron sus espadas unos contra otros y luego huyeron desordenadamente hacia el Jordán, sólo para encontrar su ruta de escape bloqueada por las reservas que Gedeón había convocado (vs.  24-25).

Punto de reflexión

Cada creyente, cuando pasa a través de un difícil problema, tiene que aprender esta lección de esperar la respuesta de y victoria del Señor en lugar de tratar de forzar prematuramente una solución por sus propios medios.

David nunca alzó su mano contra el “ungido” de Jehová, a pesar de que el rey Saúl era su enemigo personal y buscaba matarle.

Quiera el Señor darnos una valentía y una fe como ésta.

Jueces 7:23-25. Refuerzos para Gedeón 

Contingentes de Neftalí, Aser y de todo Manasés se juntaron para seguir a los madianitas (6:35). Gedeón envía un llamado a Efraín. Estos capturaron y mataron a Oreb y Zeeb, dos capitanes de Madián, y entrega sus cabezas a Gedeón “al otro lado del Jordán.” Esta fue una gran victoria, mencionada en Isaías 10:26: “Y levantará Jehová de los ejércitos azote contra él como la matanza de Madián en la peña de Oreb”.

Oreb y Zeeb, cuyos nombres significan “cuervo” y “lobo”, eran príncipes nómadas del desierto que representaban a los dos reyes de Madián, Zeba y Zalmuna. El tener dos reyes reinando a la vez era una costumbre del Oriente utilizada para evitar una monarquía absoluta. Debido a que sus muertes fueron notables, sus nombres fueron usados para nombrar la roca y el lagar donde murieron. Habían sido capturados antes de que pasaran el Jordán hacia Bet-bara, lugar donde más tarde bautizaría Juan. Sus cabezas fueron llevadas del Jordán a Gedeón, quien estaba todavía persiguiendo a los madianitas que habían cruzado hacia el norte.

Unas preguntas para considerar

  1. ¿Cómo asesora usted su habilidad para servir a Dios? 
  2. ¿Tiene usted muchos talentos y recursos?
  3. ¿Piensa usted que había alguna duda entre los 300 soldados en el ejército de Gedeón?
  4. ¿Cuán capaz es su iglesia para hacer la voluntad de Dios? 
  5. ¿Es usted muy pequeño(a) para comenzar una petición grande y verdadera de Dios?

Preguntas para analizar y aplicar

  • ¿Qué habría de hacer Gedeón para reducir el número de su ejército? (Jueces 7:3, 5-7)
  • ¿De qué forma se puso a prueba la fe de Gedeón en este caso?
  • ¿Cómo se habrían sentido ustedes si se hubieran encontrado en la situación de Gedeón, con un ejército tan pequeño?
  • ¿De qué manera ayudaron las instrucciones del Señor a los israelitas a derrotar a los madianitas? (Jueces 7:20-22).
Capítulo anterior: Capítulo 6 Gedeón y la opresión de Madián

Continúa leyendo: Capitulo 8 ¡Después de la batalla, pero…!
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